miércoles, 8 de julio de 2020

Leyendas de Erodhar 01 - La Vara de Argoroth: Elhendor


La aniquilación desciende sobre Erodhar igual que el hacha del verdugo sobre el cuello de su víctima. Una magia ancestral y olvidada despierta de su letargo. El destino de hombres, elfos, orcos y enanos pende de un hilo.

Traición y lealtad, compasión y crueldad, amor y odio, poder y sed de venganza… Erodhar no necesita más héroes de leyenda, necesita guerreros y guerreras dispuestos a sacrificarlo todo y combatir hasta el final contra el mal que surge de los rincones más sombríos y aterradores de Erodhar.

Leyendas de Erodhar 01- La Vara de Argoroth

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Ilustración del elfo del bosque Elhendor, obra de Ricardo Muñoz


Fragmento del libro

[...] Una sensación placentera se fue apoderando de él. Sentía su cuerpo lleno de energía. Los brazos se balanceaban al son de sus zancadas por un corredor débilmente iluminado.
      La antiquísima madera del suelo crujió y se vio obligado a contener su ímpetu para no revelar su presencia. Comenzó a deslizarse con sigilo, como una serpiente a punto de abalanzarse sobre su presa. El pasillo terminaba en una pared, pero antes había un montón de puertas de madera a los lados. En las cuatro primeras solo encontró salas vacías. Aun así, no se perturbó. Su objetivo estaba en algún lugar cercano, lo percibía.
   «Detrás de la próxima puerta», se repetía mientras se dirigía a la siguiente.
   Una a una, echó un vistazo en todas las estancias, con el mismo resultado decepcionante. Le entraron dudas.
      —¿Es posible que me engañaran? ¡¿Acaso han sido tan estúpidos como para engañarme?! —murmuró irritado, con una voz que no le pertenecía.
      Un leve sonido procedente de algún lugar de la casa captó su atención. Miró en derredor conteniendo la respiración, pero no se repitió.
   A punto de marcharse, la vio al fondo del corredor: una puerta de madera, idéntica a las demás, donde antes había solo una pared. Se dirigió hacia ella preguntándose cómo la había podido pasar por alto. La respuesta fue obvia al notar el aire diferente, cargado de una energía fuera de lo común.
    «Es magia», pensó sonriente. Eso lo explicaba todo. La magia era capaz de cosas inimaginables, lo sabía mejor que nadie. Ocultar puertas no estaba al alcance de cualquiera, pero… él debería haberlo notado. ¿Acaso la magia no era su mayor aliada?
     —También puede ser la aliada de mis enemigos —se recordó.
     Agarró el pomo oxidado, apretó con fuerza y lo giró. La puerta se abrió con un largo chirrido y todo se aceleró. Una silueta se movía entre las sombras que proyectaban grandes estantes cargados de telarañas y libros antiquísimos. Pronunció las palabras antes de que se alejara y la atrapó con facilidad. Pero algo extraño pasó cuando un contrahechizo le tomó por sorpresa. Notó una presencia que intentaba penetrar en su mente. Acometía de manera violenta contra los escudos que invocaba para ocultar sus mayores secretos.
    —No soy fácil de someter… —murmuró con cierto esfuerzo—. Por tu bien, es mejor que desistas…
    Pero ese malnacido ignoró su consejo y usó el hechizo del control mental con más ahínco. Su cabeza comenzó a dar vueltas, como si se moviera en círculos a gran velocidad. Cada vez le costaba más frenar la conciencia del otro, impedir que se apoderara de él.
     Comprendió que era una batalla inútil, que solo servía para debilitarlo. La única forma de defenderse era contraatacando del mismo modo.
   Así lo hizo. Murmuró el conjuro y los roles cambiaron al instante, era su consciencia la que luchaba para penetrar en la del hombre cuya silueta apenas vislumbraba en medio de la oscuridad.
     —No te resistas, no estás a mi altura…
  De nuevo, hizo oídos sordos. Aquello lo enfureció, odiaba que no le obedecieran.
  —Ahora verás… A diferencia de ti, mago mediocre, yo soy capaz de emplear varios hechizos a la vez.
    La llama prendió en su mano, viva y letal. Su luz azul iluminó la cara del anciano cuando la proyectó contra él. Sus alaridos retumbaron en la estancia al tiempo que la resistencia desaparecía y se apoderaba de su mente. Entonces la imagen cambió ante sus ojos. Se veía a sí mismo desde el suelo, distorsionado por las llamaradas y el humo que rodeaba su cuerpo. Pese a que no era su propia carne la que se calcinaba, notaba un dolor terrible. Sintió mucho miedo y una idea ajena sobre la muerte se empezó a repetir en su mente, como un eco lejano.
  —Sí, vas a morir —se regocijó ante sus pensamientos—, pero antes me quedaré con tus secretos. ¡Muéstrame a Tyraen! ¡Revélame dónde se oculta tu hermano!
     El tormento se volvió insoportable y... [...]


viernes, 26 de junio de 2020

Leyendas de Erodhar 01 - La Vara de Argoroth: Laurelinad

Leyendas de Erodhar
Ilustración del aprendiz de mago Laurelinad, personaje de la saga Leyendas de Erodharen una de las escenas más importantes del primer libro. El dibujo es obra de Ricardo Muñoz.

Los vientos de guerra asolan Erodhar y amenazan con aniquilar a todo ser vivo. Valiant y sus amigos deben encontrar la forma de evitarlo. Para ello, vivirán multitud de aventuras y se enfrentarán a monstruos y tiranos. El destino de hombres, elfos, orcos y enanos pende de un hilo. No esperes más, ¡vive la leyenda!

Leyendas de Erodhar está disponible gratis en KindleUnlimited:



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Fragmento del libro en el que se basa la ilustración:

[...] Todo pasó muy deprisa. A la orden de su capitán, ballesteros y arqueros dispararon al tiempo que otros soldados tiraban sus lanzas. Valiant no pudo hacer nada salvo observar el vuelo de los proyectiles con el corazón encogido de miedo. Laurelinad alzó su vara, que emitió un resplandor carmesí, y un escudo de energía apareció alrededor del grupo; una cúpula añil que resistió el choque de flechas y picas, convirtiéndolas en astillas. De no ser por la intervención milagrosa del aprendiz de mago, habrían muerto todos acribillados.
 —¡Malditos bastardos! —gritó Trianna enfurecida—. ¡Cobardes! ¡Valéis menos que una cagarruta de cabra!
   Desde el interior de la cúpula, Galadoriel y Elhendor dirigieron sus arcos hacia las atalayas y dispararon. Sus flechas no hallaron resistencia, atravesaron la barrera protectora y abatieron a los dos centinelas, que se precipitaron al suelo nevado.
   Los enemigos miraban atónitos la cúpula, no sabían cómo actuar.
   —¡Idiotas! ¡¿Qué hacéis?! —bramó enfurecido el comandante Arturo—. ¡Volved a disparar!
   Una segunda tanda rebotó en el escudo mágico, que perdió un poco de brillo.
  —¡Otra vez! ¡Fuego a discreción! ¡Disparad hasta que se desvanezca!
   Descarga tras descarga, las saetas explotaban en mil pedazos. Elhendor y Galadoriel respondían con disparos certeros que mataban a los enemigos de dos en dos, pero eran demasiados y la cúpula perdía color por momentos, volviéndose cada vez más trasparente.
   —No aguantará mucho más —musitó Valiant preocupado, viendo el rostro crispado y empapado en sudor del joven mago. El gran esfuerzo que requería mantener el hechizo le estaba pasando factura.
  Una flecha encontró un agujero y pasó rozando el hombro de Nimue. La serafín alzó la espada y se agachó.
   —No podemos permanecer aquí, ¡hay que hacer algo!
  —Pues luchemos —gruñó Galathor, enarbolando su martillo con ambas manos—. Enviemos al infierno a tantos como podamos.
   Sir William alzó su espada y gritó:
   —¡Todos a mí! ¡Preparaos para cargar!
 Formaron una fila a toda prisa, dejando al caballero en el centro.
  —¡Esperad! —exclamó Laurelinad. Sus ojos se habían encendido, emitían un extraño fulgor dorado. Apretando los dientes, pronunció unas palabras inaudibles y la barrera mágica se convirtió en un remolino de fuego. Los adversarios se sobresaltaron y retrocedieron asustados ante aquel espectáculo lumínico.
 —¡No paréis ahora! ¡Seguid disparando, mendrugos! —chilló Arturo—. ¡Matad al maldito mago!
   Mientras el enemigo cargaba arcos y ballestas, Laurelinad emitió un gritó de rabia y, con un último esfuerzo, proyectó el anillo de fuego, que barrió el campamento en todas las direcciones como si se tratase de la onda expansiva provocada por el choque de un meteorito. Decenas de soldados fueron quemados vivos, sus aullidos de dolor y desesperación resonaron más allá de la empalizada.
   Tras el caos, un silencio desgarrador se adueñó del campamento. Casi todas las tiendas de campaña se habían convertido en hogueras y la tierra negra estaba salpicada de cadáveres calcinados. [...]

sábado, 6 de junio de 2020

Leyendas de Erodhar 01 - La Vara de Argoroth: Trianna y Nimue

Un poder oscuro ha sido liberado, todo Erodhar arderá si nadie lo detiene. El destino de hombres, elfos, orcos y enanos pende de un hilo. Comienza una aventura épica llena de peligros. Únete a los héroes de Erodhar en un viaje hasta los confines del mundo para detener al mal.

Leyendas de Erodhar

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Leyendas de Erodhar

Ilustración: Nimue y Trinna en la emboscada del Bosque de Elodriel. Nimue es una serafín, seres mitad ángeles y mitad humanos que se dedican a servir al dios de la Luz y a luchar contra la oscuridad y la injusticia. Trianna es una de las guerreras más afamadas y respetadas de los intrépidos Hermanos del Hacha, la orden encargada de proteger la frontera sur del Reino Unido de Aldaeron.

El dibujo es obra de Ricardo Muñoz.

Fragmento del capítulo 10 «El camino del lago», donde Nimue y Trianna comparten escena por primera vez:

[...] Comieron entre risas hasta que el tema de conversación se desvió hacia la guerra en ciernes. Lumiere compartió con los demás la historia de Dario Connrad sobre la emboscada.
   —No sé cómo habrá ocurrido, pero las cosas han de estar muy negras en la frontera si todo un batallón de orcos se ha adentrado tanto en nuestro territorio —comentó Reynaldo.
   El general Lumiere asintió pensativo.
   —A mí me preocupa más que los orcos reúnan y organicen un gran ejército —intervino Elhendor, que había terminado de comer y bebía vino semitumbado en una pose más propia de una dama—. Mientras ataquen en grupos pequeños podemos rechazarlos.
  —Tal vez pretendan distraernos con estas incursiones mientras su ejército se acerca —opinó Nimue.
   Galadoriel suspiró.
  —Se trate de una estrategia o no —le dio un trocito de carne chamuscada a Fenja, que descansaba sobre su hombro—, me temo que nos espera una guerra de desgaste.
  —Ojalá te equivoques, son las más duraderas, sangrientas y aburridas —gruñó Barn—. Prefiero una buena batalla campal donde se decida todo. —Chocó el puño contra la palma.
   —El príncipe Varian ha tomado precauciones —aseveró Lumiere—. Ha dividido nuestras tropas de tal modo que podamos defender todos los puntos de la frontera. Si los orcos traen un gran ejército, podremos reunirnos y rechazarlo.
   —En mi opinión, la división del ejército es una mala idea —soltó Trianna.
  El general miró a su hija de reojo. Sentada al lado, ella también había terminado de cenar y pasaba una piedra de afilar por la hoja ancha como la palma de su espadón del tipo montante. Valiant se impresionó cuando la vio desenfundar aquella monstruosidad de acero por primera vez y se preguntó cómo demonios podía levantarla con tanta facilidad.
   —¿Y eso por qué? —inquirió el general con voz grave.
  —Porque no deberíamos aguardar a que los orcos den el primer paso. —Encogió los hombros—. Sería mucho más sensato adelantarnos a sus movimientos e invadirlos. Obligarlos a retroceder hacia las profundidades de su árido reino.
  Algunos, Barn entre ellos, se mostraron de acuerdo y así lo expresaron. A Lumiere no le gustaron los comentarios.
  —El príncipe Varian nos ha traído muchas victorias —los acalló con un tono más brusco de lo normal—. Debemos confiar en su buen juicio y seguir sus órdenes.
     —¿Incluso si se trata de un error?
    Trianna interrumpió su faena y miró a su padre a los ojos, desafiante. Valiant observó lo mucho que se parecían. Además de la constitución física y los ojos grandes color pardo, había heredado su carácter.
  Visiblemente molesto, Lumiere abrió los labios para replicar, pero Nimue se adelantó:
  —Nuestro ejército no es muy numeroso, Trianna, adentrarnos en el mar de arena sería un suicidio.
   La guerrera torció el gesto.
   —Otro gallo cantaría si Su Majestad trajera más hombres de la capital. —Parecía dispuesta a defender su opinión hasta el final—. La Corona tenía un ejército de veinte mil hombres en Baluarte del Rey; sin embargo, el príncipe solo ha traído quinientos caballeros, cuatro mil lanceros y dos mil quinientos arqueros. Con los otros trece mil habríamos combatido al enemigo desde hace semanas en lugar de cabalgar por ahí, intentando reclutar soldados.
 —¡Es suficiente, Trianna! —ladró Lumiere furioso—. Conoces muy bien la situación. El sur está en pie de guerra, sí, pero en el resto del reino también hay tensión. Los nobles están más agitados que nunca desde la enfermedad del rey. Si el príncipe no ha traído más hombres es porque tiene muy buenas razones.
  La dureza de su tono daba el tema por zanjado, nadie más se atrevió a intervenir. Valiant vio cómo Trianna se mordía la lengua y volvía a centrarse en afilar su mandoble. [...]

sábado, 2 de mayo de 2020

Leyendas de Erodhar 01 - La Vara de Argoroth: Galathor

Leyendas de Erodhar

Ilustración del enano Galathor, personaje de la saga Leyendas de Erodhar. El dibujo es obra de Ricardo Muñoz.


Un poder oscuro ha sido liberado, todo Erodhar arderá si nadie lo detiene. El destino de hombres, elfos, orcos y enanos pende de un hilo. Comienza una aventura épica llena de peligros. Únete a los héroes de Erodhar en un viaje hasta los confines del mundo para detener al mal.

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Fragmento del libro en el que se basa la ilustración:

(...) Todos los orcos yacían muertos o sometidos por los soldados de Will, pero el caudillo seguía resistiendo. Aunque rodeado y herido, enarbolaba su mandoble junto al espantapájaros y lanzaba espadazos contra cualquiera que intentara acercarse a él.
  —¡Apartaos, cobardes! ¡Dejádmelo a mí!
  Un enano de larga barba nívea se abrió paso entre los guerreros. Aunque el orco descargó un potente tajo en vertical que lo habría partido por la mitad, lo esquivó sin dificultad y le atizó un golpe en un lado de la cara con el mango de su martillo de guerra. Después lo derribó, colocó bocabajo e inmovilizó contra el suelo.
  —¡Ja! ¡Lo tengo dominado! —exclamó entre risas—. ¡Traed los malditos grilletes!
   Los soldados se apresuraron a llenar al orco de cadenas.
   —Llamadme si intenta escapar, regaré la tierra con sus sesos —amenazó el enano con su voz grave, al tiempo que tres guardias levantaban al caudillo y se lo llevaban a rastras. Sus ojos se fijaron en William y añadió mientras caminaba a su encuentro—: Ese salvaje podría proporcionarnos información sobre los planes del enemigo…
  El caballero asintió.
 —Le interrogaremos en cuanto regresemos a Puerto Valor.
   —Quiero encargarme personalmente.
   William soltó una carcajada.
  —Galathor, amigo mío, si dejo al orco en tus manos morirá antes de que nos cuente algo útil.
  Lejos de ofenderse, el enano también se carcajeó. Llevaba el pelo trenzado recogido en una cola de caballo y las sienes rapadas, quedando a la vista un tatuaje rojo fuego; símbolos rúnicos de Modgard.
   —¿Qué puedo decir? —Abrió los brazos a los lados—. Cada uno tiene sus métodos. (...)

Fragmento del capítulo 11 de Leyendas de Erodhar 1/5: La Vara de Argoroth

sábado, 8 de febrero de 2020

El Arte de Leyendas de Erodhar

Leyendas de Erodhar

Leyendas de Erodhar 01 - La Vara de Argoroth es una saga de fantasía épica medieval con un mundo vasto por explorar en compañía de multitud de personajes. Aquí conoceremos a algunos a través de las maravillosas ilustraciones que forman el Arte de Leyendas de Erodhar.

La novela se puede disfrutar completamente #gratis a través de Amazon KindleUnlimited.

También se puede comprar en papel en las mejores librerías o en la tienda online de la editorial.


Mundo de Erodhar


Thaldorim
Leyendas de Erodhar
Ilustrado por David Puertas

Norgherland
Leyendas de Erodhar
Ilustrado por David Puertas

Tierras del Amanecer (este de Thaldorim)
Leyendas de Erodhar
Ilustrado por David Puertas

Khoradmar y la región de Artah
Fuego Eterno
Ilustrado por David Puertas
Fuego Eterno
Ilustrado por David Puertas
Fuego Eterno



Personajes


Valiant
Leyendas de Erodhar
Ilustrado por Elías Santos

Leyendas de Erodhar
Ilustrado por Lorenn Tyr

Wegenald
Leyendas de Erodhar
Ilustrado por Litos

Galadoriel
Leyendas de Erodhar
Ilustrado por Irene Marvei

Leyendas de Erodhar
Ilustrado por Lorenn Tyr

Khorgar
Leyendas de Erodhar
Ilustrado por Lorenn Tyr


Nimue
Leyendas de Erodhar
Ilustrado por Jennifer Rubio

Leyendas de Erodhar

Trianna

Leyendas de Erodhar
Ilustrado por Adrián Rodríguez
Trianna y Nimue
Leyendas de Erodhar
Ilustrado por Ricardo Muñoz

Varian
Leyendas de Erodhar
Ilustrado por Lorenn Tyr

Rufus
Leyendas de Erodhar
Ilustrado por Curro Rodríguez

Aghalid
Leyendas de Erodhar
Ilustrado por Antonio J. Manzanedo

Laurelinad
Leyendas de Erodhar
Ilustrado por Ricardo Muñoz

Leyendas de Erodhar
Ilustrado por Antonio J. Manzanedo

Lady Ayleen
Leyendas de Erodhar
Ilustrado por Liberlibelula

Galathor
Leyendas de Erodhar
Ilustrado por Ricardo Muñoz



Personajes de Fuego Eterno





Rough
Fuego Eterno
Ilustrado por David Puertas

Barghor
Fuego Eterno
Ilustrado por David Puertas


Rakkran
Fuego Eterno
Ilustrado por David Puertas


 Prisionera Bosque de Arkkor
Fuego Eterno