lunes, 14 de diciembre de 2015

02 La Casa DeMordwell






LOS DEMORDWELL


Blasón:

Un cuervo negro sobre campo de sangre y sombra.

Historia:

Cuentan las leyendas que los DeMordwell descienden de la unión de un gigante, raza creada por el titán Yorgh, y la consorte de este, la titánide Valka. Considerada la casa más antigua de Thaldorim, su linaje se remonta a los siglos anteriores al inicio de la Primera Edad, siendo las Montañas Heladas su hogar desde entonces y hasta el presente.

A pesar de las odas que hablan de los DeMordwell como descendientes de la titánide Valka, no existen pruebas documentadas sobre la existencia de esta antigua casa hasta muchos siglos después. A principios de la Primera Edad, en los tiempos de inicio de lo que, siglos más tarde se convertiría en el mayor imperio de todos los tiempos, Aqueronte, los DeMordwell gobernaron sobre un pequeño reino llamado Ravhold -igual que su capital por aquel entonces-,  situado junto a las faldas de la montaña de Aullahielo.

Los escritos hablan de varios reyes significativos, famosos sobre todo por sus logros en combate ya que, ante todo, los DeMordwell han sido y son una casa de grandes guerreros. De ahí sus ambiciones expansionistas y sus constantes conflictos con los gigantes de Trodheim por la supremacía de las montañas Heladas y los territorios situados al noroeste de Ravhold y al noreste del Bosque de Cahir.

A lo largo de la historia ha habido numerosas guerras entre los DeMordwell y los gigantes de Trodheim, siendo las más remotas aquellas que se llevaron a cabo durante los siglos tres y cuatro de la Primera Edad. En el libro “El Amanecer del Cuervo”, una recopilación de escritos antiguos hecha por Kodram DeMordwell (señor de la Provincia de Dunhold desde el año 1267 hasta el 1314 de la Tercera Edad), se relata la historia de Reinhald DeMordwell, un rey extremadamente belicista que lideró una legión de guerreros Sarr a través de los pasos Ventihelados de las cumbres de Aullahielo, hasta el corazón de los fiordos de Trodheim. Aunque los escritos que narran todo lo que Reinhald logró hacer están incompletos, se deduce que el rey alcanzó una serie de victorias importantes sobre los gigantes -llegando incluso a obligarles a emigrar hacia las costas-, pues la ocupación de los DeMordwell sobre los fiordos se alargó sobre un periodo de casi seis siglos, tiempo durante el cual fundaron ciudades y castillos como Rufhjäld o Bervjör, hoy en día en ruinas.

Por desgracia para los Señores Cuervo aquella época dorada terminaría al cabo de La Rebelión de Nark, un señor feudal, líder de los gigantes de Trodheim, que logró recuperar sus territorios y expulsar a los DeMordwell al otro lado de las montañas Heladas. Una época bastante pobre y oscura siguió después. Mientras otras naciones, como Sindoria en el sur y Aqueronte en el norte, iban expandiendo sus territorios y adquiriendo un poder cada vez más significativo, los DeMordwell se vieron obligados a ser meros espectadores de como otros trazaban las nuevas fronteras del mundo.

Durante los siglos de máxima expansión del Imperio de Aqueronte, la llamada “Edad Dorada” de la Legión de Aqueronte, el Reino de Ravhold tan sólo logró resistir a los constantes intentos de invasión por parte del imperio gracias a la ayuda y el apoyo de la ciudad-reino de Lumenor y su ejército de serafines, encabezado por la orden de los paladines del Martillo Celeste. De nuevo en “El Amanecer del Cuervo” Kodram narra como la intervención de los paladines impidió la caída de Dunhold, no en una ni en dos, sino en hasta quince ocasiones. Hecho que obligó unos siglos más tarde al que era por aquel entonces rey de Ravhold, Abraham III, a convertir el reino en un principado y pasar a ser un protectorado de Lumenor. Corría el año 5950 de la Primera Edad, y aquel fue el final del linaje de los DeMordwell como reyes.

Caída del Imperio de Aqueronte y fundación de Dunhold

Como protectorado de Lumenor, el principado de Ravhold, y por tanto los DeMordwell, jugaron un papel fundamental en la caída del Imperio de Aqueronte. En la batalla de Siruun´Mar, mientras miles de navíos luchaban y ardían frente a las costas de la isla, Sigfus DeMordwell lideró a sus guerreros Sarr contra las fuerzas terrestres del imperio, entre las cuales, según cuentan los escritos, estaban los famosos guerreros del clan Bearserk. De ser así, sin duda alguna fue un enfrentamiento legendario, pues incluso a día de hoy se dice que no ha habido mejores guerreros a lo largo de la historia que los guerreros del clan Bearserk y los guerreros Sarr.

La victoria de Sigfus sobre los nórdicos fue uno de los mayores logros de la larga y gloriosa historia de los DeMordwell. A su vuelta a casa, Sigfus fundó el castillo de Dunhold, la nueva capital del principado -Ravhold había quedado reducida a cenizas dos décadas atrás durante una de las últimas invasiones aqueroníes-, y como parte del botín de guerra, se anexionó buena parte de los territorios habidos al norte del río Brazo Norte y al este del Dondarrión.

Durante los siglos venideros, el destino del, ya renombrado Principado de Dunhold, alternó entre épocas de más o menos gloria. Los acontecimientos más significativos a lo largo de la Segunda Edad fueron sin duda alguna La Guerra de Fargir, que los DeMordwell disputaron contra el reino de mismo nombre, y que tuvo lugar entre los años 2806 y 2839, y la Tercera Gran Guerra contra los gigantes de Trodheim -hubo una segunda gran guerra a mediados de la Primera Edad, pero los escritos que la narran se han perdido o han sido destruidos-, que duró desde el 3506 hasta el 3533 de la Segunda Edad.

Las consecuencias del primer conflicto fueron la extinción de los Hrum, la casa reinante en Fargir, y la anexión del territorio que dominaban (actual Provincia de Volghrum) al Principado de Dunhold.

El segundo conflicto tuvo consecuencias desastrosas, no sólo para Dunhold, sino para Lumenor también. Por primera vez en la historia, un ejército de gigantes organizado y disciplinado, o al menos todo lo organizado y disciplinado que podía ser un ejército formado por las cientos de tribu habitantes en los fiordos de Trodheim, cruzó las montañas Heladas e invadió el territorio de los DeMordwell.

La invasión se inició en Cauce Alto, donde las aguas del río Brazo Norte se fundían con las del mar de la Bruma occidental, y de inmediato quedó claro que aquella no era una incursión más por parte de los gigantes para saquear algunas aldeas, con el objetivo de obtener un botín fácil. El número de su ejército se elevaba a algo más de veinte mil guerreros y cinco mil mamuts. Una hueste que los gigantes no reunían desde los tiempos de Nark, y desde luego no para invadir un territorio extranjero.

Fueron casi dos décadas de batallas sangrientas, entre las cuales destacan: El Saqueo de Fyren (3508 S.E), La Quema de Ictshyl (3513 S.E) en la que perecieron casi quince mil serafines y ocho mil paladines del Martillo Celeste, La Batalla de Sarjon (3519 S.E) donde los DeMordwell obtuvieron una pequeña pero costosa victoria ante los gigantes -durante el enfrentamiento murió Magnur DeMordwell, señor de Dunhold por aquel entonces-, El Asedio de Dunhold (3526 S.E) que duró casi dos años, y La Batalla de Fiordos (3533 S.E) que supuso la derrota de los gigantes.

Hacía los últimos dos siglos de la Segunda Edad, los DeMordwell se vieron envueltos en otros dos conflictos importantes. Si bien los gigantes, a pesar de su derrota en Fiordos, siguieron llevando a cabo todo tipo de incursiones en el territorio de Dunhold, fueron disputas aisladas y de poca relevancia. Los verdaderos enemigos de los DeMordwell durante ese periodo fueron los Ribedwald, casa reinante del Reino de Sindoria, cuyas ambiciones expansionistas habían crecido de manera notable desde la coronación de Philip Ribedwald en el año 4588 de la Segunda Edad, y los elfos de Haddaras, quienes reclamaban a los DeMordwell los territorios situados al noreste del bosque de Elodriel.

Estas disputas se alargaron a lo largo de más de dos siglos, época durante la cual alternaron entre periodos de paz y de guerra, llegando incluso los DeMordwell a perder más de la mitad del territorio de la actual provincia de Volghrum en favor de los elfos (año 4790 de la Segunda Edad). Los conflictos tan sólo cesaron una década más tarde cuando empezó la Guerra de los Titanes.

La Guerra de los Titanes y creación del Reino Unido de Aldaeron

Con buena parte de la región de Fargir invadida y la capital de la provincia, Volghrum, en manos de los elfos, los DeMordwell se encontraban ante una situación crítica hacia finales de siglo. Por si fuera poco, en el 4798 sus guerreros Sarr sufrieron una dura derrota contra las huestes de Ricardo Ribedwald, a orillas del río Brazo Sur, en Vado Viejo, lo que intensificó aún más el periodo de crisis que atravesaba el Principado de Dunhold.

Archibald DeMordwell, Señor de Dunhold, y su fiel consejera, la paladín Sigrir Luzceleste, pidieron la intervención inmediata de la orden del Martillo Celeste. Con la ayuda de los paladines, los DeMordwell podrían resolver ambos conflictos de una vez por todas, ya fuera mediante la diplomacia o empleando la fuerza armada, sin embargo, a Roland Silwind, el Gran Maestre de la orden por aquel entonces, le preocupaban mucho más los estragos que estaba causando a lo largo del norte de Thaldorim un hechicero llamado Valanor, cuyo ejército había quemado la próspera ciudad de Carathas, en el 4799 de la Segunda Edad.

Contrario de lo que podría parecer, el inicio, ese mismo año, de la Guerra de los Titanes, terminó siendo una buena noticia para los DeMordwell y el Principado de Dunhold. Gracias a la reunión convocada por el rey Valorian Nomenglaus, celebrada en Lumenor, a la que acudieron los reyes y líderes de todos los reinos importantes del centro y norte de Thaldorim -reinos que sufrirían poco después la cólera de Valanor-, se formó la llamada “Gran Alianza Nórdica” para enfrentar la amenaza del Nigromante. Aquello supuso la suspensión de todos los conflictos existentes entre los reinos y principados del norte, y más tarde, al finalizar la guerra, el fin de todos ellos gracias a la creación del Reino Unido de Aldaeron, en el año I de la Tercera Edad.

La Guerra Civil o Guerra de los hermanos DeMordwell

En el año 400 de la Tercera Edad, Eddard DeMordwell murió a los 61 años debido a la enfermedad de la gota, pero antes, en su lecho de muerte, entregó a su hijo Harold el sello de la casa DeMordwell y le nombró su heredero ante el sumo sacerdote de Dunhold, a expensas de desheredar a su otro hijo y primogénito, Egbert. Aquel hecho desencadenó el primer conflicto interno desde la creación del Reino Unido de Aldaeron; la Guerra de los hermanos DeMordwell.

Acusado por su hermano de falsificar el testamento de su padre y robar el sello de la casa DeMordwell, Harold expulsó a Egbert de Dunhold, prohibiendo a todos los señores darle cobijo y comida, bajo pena de muerte. Sin embargo, el mayor de los hermanos DeMordwell contaba con el apoyo de buena parte de los nobles vasallos de su difunto padre, quienes no dudaron en ponerse en rebeldía contra su nuevo señor, estallando así un conflicto armado.

La primera batalla tuvo lugar cerca de Iolnar, en la primavera del 401 de la T.E. El ejército de Egbert, constituido por ocho mil lanceros, dos mil arqueros y tres mil caballeros, ocupaba una posición ventajosa cerca de la costa. El ejército de Harold era mucho más numeroso -unos doce mil lanceros, cinco mil arqueros y casi seis mil caballeros-, así que el recién coronado señor de la provincia de Dunhold se confió, y quiso acabar con la rebelión lanzando un ataque directo y frontal contra la hueste de su hermano. Su error le costó la derrota y la pérdida de casi seis mil soldados, viéndose obligado a retroceder de vuelta hasta el castillo de Dunhold para reconstruir su ejército.

En los próximos tres años fueron hasta dieciocho las batallas que tuvieron lugar entre los dos bandos, algunas de menor o mayor importancia, el caso es que el conflicto se estaba alargando demasiado, sin que hubiera una posible resolución en el horizonte. Fue entonces cuando el rey Manfred II Nomenglaus, quien en un principio había preferido mantenerse al margen de la disputa, decidió reunir a sus tropas y, junto a la orden del Martillo Celeste, marchar a Dunhold para poner punto y final al conflicto entre los dos hermanos.

Lo primero que hizo fue concertar una tregua, y con la bandera blanca azotada por el viento, los reunió en el castillo de Dunhold para encontrar una solución pacífica y poner fin a la guerra. A pesar de sus intentos para reconciliarlos, llegando incluso a proponer que gobernaran la provincia juntos, nada sirvió y todo indicaba que la guerra seguiría, obligando al rey a escoger un bando para finalizarla.

Furioso con los DeMordwell, Manfred quiso marcharse de Dunhold y dejar que los dos cuervos siguieran devorándose la carne el uno al otro, pero en el último momento se le ocurrió una solución. Tras desplegar un mapa de la Provincia de Dunhold sobre la mesa, clavó un puñal en el territorio del antiguo reino de Fargir, cuya capital, Volghrum, había sido reconstruida recientemente, y otro en el resto de la provincia. Después ordenó a los hermanos DeMordwell que desenvainaran sus espadas y lucharan. El primero que lograría hacer sangrar al otro, se quedaría con el territorio más grande, y el otro se quedaría con Volghrum y la comarca de Fargir.

“Vuestra disputa ha hecho sangrar al pueblo de Dunhold, ahora sangraréis vosotros para poner el punto y final a este conflicto”, les había dicho Manfred II Nomenglaus.

Los dos hermanos se negaron de inmediato a decidir su futuro de ese modo, así que Manfred llamó a sus paladines y dio a los DeMordwell a elegir entre hacer lo que les había ordenado y luchar, o morir por desobedecer a su rey.

Ante las amenazas de Manfred, Egbert y Harold desenvainaron sus espadas y lucharon. Lo hicieron en medio de la sala del trono del castillo de Dunhold, tan sólo ante las miradas del rey y de sus paladines. Ambos eran buenos guerreros, así que cabe suponer que fue una pelea larga y muy reñida, aunque lo único que se sabe realmente es que, al día siguiente, el rey anunciaba mediante decreto que, a partir de ese momento, el Reino Unido de Aldaeron ya no estaría formado por 12 provincias, sino por 13, siendo la decimotercera la Provincia de Volghrum, cuyo señor sería Egbert DeMordwell, quien más tarde cambiaría su apellido por el de Mardwell, naciendo así una nueva casa nobiliaria.

Actualidad:

Familia de VLADIMIR I DEMORDWELL, señor de la Provincia de Dunhold desde el año 1431 de la Tercera Edad.

Su esposa, [LADY Caitlin] de la casa McKay, fallecida a los cuarenta y nueve años.

Sus hijos:
[Kylian], muerto en batalla, luchando contra gigantes de Trodheim, en 1450, a los veintidós años.
LUGKOK, de veintisiete años, le llaman El Gorrión.

Hermanos:
            —SIRUKA, de cuarenta años, es el general de los guerreros Sarr.

Árbol Genealógico
(1223 - 1457)
Link: http://sia2.subirimagenes.net/img/2014/06/29/140629070001395395.jpg

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